domingo, 3 de marzo de 2013

Tarde. Segundo premio Prosa en Red de Escritores de Coquimbo. Concurso "No me olvides"






Tarde.
El “no me olvides” que ella repitió como tantra en la despedida, Pedro, lo había guardado en su corazón por todos los años que permaneció lejos. Era el tesoro más preciado que había hallado en el mundo. Ese pedido con llanto de su amada y su voz dulce repitiéndolo, adornando el ruego que nacía desde lo más profundo de su alma, le había dado las fuerzas necesarias para llegar lejos y conseguir la posición económica perfecta en la que vivía y a sonreírle a las adversidades cuando las hubo.
Pero ahora, frente a ella, mirándola a los ojos, las cosas se habían tornado oscuras y no sabía qué hacer. Su  mirada no le habla de entonces, de sus lágrimas dulces que le saciaban la sed de sueños e ilusiones. Le habla de no recordar, le habla de olvido en los rincones del corazón.
_ Dijiste “no me olvides” y veo que la que olvidó fuiste tú.
_Seguramente es otra y se confunde caballero.
_Tiene razón. Disculpe señorita. A la que recuerdo llevaba en su mirada una luz que lograba iluminarme y usted sólo tiene tristeza en la suya. Sonreía y nada parecía imposible en el diario vivir. Se llamaba Laura.
_Yo también me llamo Laura pero no lo recuerdo en mi vida.
_No se preocupe. Ha sido sólo un alcance de nombre. A la que no olvidé llegaba a despertar a las estrellas con su sonrisa, caminaba descalza sin prisas. Originaba cada instante ventolera de besos para mí…
_Si era tan perfecta ¿Por qué se fue y la dejó suplicando ese “no me olvides”?
_Porque yo quería darle el paraíso en vida y el trabajo hizo que tuviera que alejarme.
_Yo tuve un novio que hizo lo mismo y me dejó para ir por mejores cosas para el diario vivir. Nunca se dio cuenta que yo estaba aquí enseñándole y entregándole lo más importante. La compañía y sobre todo el amor infinito que sentía. Él sólo  quería progresar en lo económico y abandonó todo alejándose en silencio y nunca más supe de él. Se llamaba Pedro.
_Yo también me llamo Pedro.
_Pero no es usted. Imposible. Él tenía en su mirada el cielo para mí y usted tiene en su postura un desierto que él nunca tuvo…deje seguir mi camino…imposible que seamos los de entonces con el corazón repleto de ilusiones felices.  Yo hice mis elecciones cuando él hizo la suya al dejarme con un “no me olvides” lacerando mi corazón, truncando mis sueños con él.
_Laura…no me olvides, que tu luz es la cimiente de mi futuro.
_Pedro…La realidad que duele y carcome los relojes, eclipsa los espejos y dejas de soñar. _Ella sonríe pero tampoco como antes_  La realidad de entonces no existe ya. Tardaste en comprender que éramos dos en el camino de la vida y fuiste solo a hacer realidad los sueños que eran nuestros.
Ella se aleja con el “no me olvides” que él le dijo apretándole el corazón, él se queda allí, en medio de la sala del aeropuerto en donde la encontró por casualidad. Las ganas de llorar inundan su alma, el dolor es desgarrador, no podía con la realidad de dejarla ir, su corazón no cabía en el pecho de tanto doler. Quiso darse media vuelta para ir por ella pero el dolor lo retuvo, lo desplomó, lo destruyó, lo dejó caer al piso sin poder respirar. Murió allí, en la fría loza del lugar, falleció sin olvidar el sueño lindo que fue amarla.

2 comentarios:

lichazul dijo...

enhorabuena Eloisa!!!
abrazo grande y energético
desde Maipú las mejores vibras

Eloisa Echeverria dijo...

Gracias por todas tus palabras y deseos querida Lichazul!!...mi abrazo fraterno para ti.