miércoles, 30 de abril de 2014

Uno.





Varices en las manos de tanto lavar historias,
para que se queden en la memoria de forma más amable,
 de equilibrio más  estable en los  pulmones  contaminados,
 que los caminos mal hallados siempre se han de quedar
en el  tallar las lágrimas de los días  tenebrosos;
aquellos caminos ociosos ¡dejarlos en el pasado!
como algo quemado en el atril de las horas
y sin demora  asirse de los vientos que llevan fragancias,
de mejores estancias en que palpita la vida;
que el camino es de ida y hay que aprovechar
en mirar  y disfrutar los colores del universo
esos que sacan versos a los corazones de luz.

Callos hasta en los zapatos de tanto indagar la  esperanza
no hay mejor camino a la templanza que la que se hace en positivo
no vivir en retroactivo, ni en negativo el camino adelante,
hay que hacerlo con gran talante, de frente y con ganas,
así se hacen y crecen  personas sanas para habitar este mundo
que tiene que ser fecundo  en el amor fraterno,
ese que es eterno y habita en el alma del creador…

Eloísa Echeverría.

lunes, 21 de abril de 2014

No más.






No soy más que esto que viene guardado en la memoria,
de los que antes hicieron la historia y  marcaron a fuego,
en donde no elevaron  ni un ruego por mis días en este sendero,
mancharon el camino postrero con sus orgullos mal paridos,
echaron al mundo hijos perdidos de la luz que reconforta,
aquella que siempre exhorta al camino de la paz;
no entregaron ni un as bajo la manga para seguir,
sólo dijeron que tenía que parir para continuar  existiendo…
Mientras ellos muriendo siguen con su perorata,
no escriben ni  una fe de errata para no caer en el mismo infierno
porque el mismo averno se repite de generación en generación…
Yo quiero mi propia canción y volar mis propios aprendizajes
construir mis propios paisajes para que mis retoños,
aprendan que sus otoños los tienen que construir en amor
con luz  y calor,  en sus corazones de  hijos del creador…
Quiero dulcificado el ambiente
no tanto combatiente en las esquinas y las calles,
no tanta pregunta y tanto detalle para saber que merezco,
para saber que pertenezco a este mundo de todos
y que tengo en cientos de modos  derechos y deberes,
no sólo quehaceres en el camino que me toca…
No soy más que esto que viene encajado en la sangre;
 ¡No moriré de hambre! Pero no quiero  seguir consumiendo
esto que está partiendo el corazón de a poco…

Rompo con mis manos los candados de esta prisión.

viernes, 11 de abril de 2014

Extrañándote.








Sólo zumbidos de muerte sin equilibrios forestada,
caminatas mal forjadas en las calles del olvido,
sonidos sin sentido en la estructura de las sonrisa,
el tiempo va de prisa tras las huellas de los recuerdos;
no respeta los acuerdos que tengo con mi corazón,
el de guardar en un bolsón  de piedra  tallado
tu ser tan amado por esta mortal que envejece
pero que te lleva con creces en los sueños más profundos,
esos que  hacen fecundo todo lo que compartimos...

Ando extrañando la expresión de tus ojos maduros,
 que iluminaban lo oscuro de los rincones escarchados;
ahora van envenenados con el silencio de tu semblante
y todo ese talante que forjaba mis auroras …

Aleteo de mariposas tristes al despertar;
No sé caminar sin tu sonrisa amada apuntalando mis pasos…

Eloísa Echeverría.