viernes, 23 de julio de 2010

Lágrimas




De mis lágrimas que
frecuentemente montan en mis ojos
y los llevan a jinetear,
puedo decir que coquetean
con la desesperanza.
La amasan mientras avanzan
bajando por las curvaturas de mi cara
desnuda de tus besos.
Es una romería tibia
desendiendo hasta mi pecho en
donde se quedan hasta secarse.

Es un disparate su salida
con tanta prisa y desazón
porque ellas
raptan mi compostura,
la atropellan,
la profanan,
la infectan de enfértiles ideales
que se revuelcan en el piso
hasta donde llegan
de tanto cabalgar.

El aturdimiento en que quedo
después que mis lágrimas se van
es reparadora por algunos instantes,
sólo instantes,
porque sé que volverán en tropel
y tú no, aún sabiendo que me quedo
montada en ellas
otorgándoles el derecho de
procesión hasta que mi duelo
por la pérdida termine.

Mira un instante la comparsa
de llovizna, azucarada por mi amor,
mojando mi juventud del alma
y sé valiente
porque yo no fui la culpable
que ésta farola que nos alumbraba
con colores brillantes hasta en la aorta
se haya quebrado,
tampoco fue un accidente,
fue tu error.
Podrías al menos mascullar un perdón
que haga tragarme
un poco de olvido y cierre la llave
del peregrinaje de mis lágrimas.




3 comentarios:

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola Eloísa Echeverría!
El llanto… Quizás desahogo del alma.
Quizás desesperanza.
Quizás, valentía…

Saludos de J.M. Ojeda.
Buen fin de semana.

Anónimo dijo...

Cuánto color hay en tus dulces pero a la vez pasionales palabras, ¿sabes? A veces cuando miro tu foto (la del perfil) reconozco ese volcán de fuego que abrasa tu poesía, no me preguntes porqué pero tengo un don para reconocer personas sensibles que vibren en mi onda.

Me gusta visitarte, eloisa.

juanjosecautivo dijo...

"Es un disparate su salida
con tanta prisa y desazón
porque ellas
raptan mi compostura,
la atropellan,
la profanan,
la infectan de enfértiles ideales
que se revuelcan en el piso
hasta donde llegan
de tanto cabalgar."

Tienes mucha intensidad en tu escribir, me gusta esta forma de decirlas... gracias por compartirlo.

Un abrazo hasta alli.

Juan José