Todos somos fantasmas tristes caminando en este ir,
portando estandartes
de espectros que nadie quiere ver,
haciendo filas en calles
desprovistas de cariño
del
amor fraterno que podría hacernos revivir.
Mascullando sombras en jardines arreglados con primor
circulan las horas, los días carcomiendo las rodillas,
desgatas rodillas que sujetan el cuerpo fatigoso de tantos
mutismos
encasilladas en el fondo de las almas cansadas también…
Engullo peces de dudosa procedencia
y no hay clemencia
si mi ruego es no querer
el hecho de haber nacido en esta tierra
me confiere la obligación de ser lo que hay que ser
y no soñar con las cosas bellas que deseo según mi
parecer.
No hay batallas que las pueda ganar porque el dueño de mi pan
tiene otros planes para mí y mi caminar
y es que el miedo al que me ataron
hace disfuncional la mirada porque me pegaron
un cartel a la altura de mi frente
que soy material usable por ser hembra contribuyente…
Soy ángel mendigando alimento para continuar
buscando las motivos de venir a navegar en este pastizal.
No hay razones para caminar sin el miedo mordiendo mis
tobillos,
no hay voces apacibles que sanen mis espacios.
Las lágrimas que comen mis noches las barro al amanecer
con ellas riego los almácigos de besos que esperan…
esperan más que este vacío, que este hastío de todos
revolviendo cada instante vivido en el lodo
que hace que se ahoguen los sueños deseados al anochecer.
¿Por qué los años me han civilizado con que nadie puede
hacer
algo más porque está escrito desde que me parieron…?
El amor me lo envolvieron
con un arma blanca
y en el camino a mi encuentro se suicidó…
2 comentarios:
Tus palabras, enlazadas en esos hermosos versos, me conmueven a medida que fui avanzando en el, lo releo y cuanto más lo leo, me gusta. Un enorme abrazo amiga.
Gracias por tu compañía y me alegra que los hayas disfrutado. Abrazos fraternos para ti.
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