miércoles, 27 de octubre de 2010

El cobijo de tu luz



Y al caer
Tu luz me levanta, me incorpora sin requisito
porque tu amor me despierta a oler el infinito
del léxico liberador tonificante de mi piel
que enardece en tu latitud y hemisferio sin hiel
Tu luz me hace bien humano creador de mi sentir nuevo
hace que ascienda de las vertiginosas esquinas y ¡puedo!
salir de los barullos existenciales en que me enredo
para respirar en tu gratificante luminosidad

Me hace bien tu luz corregidor de mis posiciones
en estos extremos con complicados escalones
Pilar en mis cúspides intercaladas con asfalto
moldean mis cantos para que brille en lo alto
recibo tu generoso murmullo de hojas elevadas
por la brisa fresca de un acantilado polar llevadas
llegan hasta a mi alma para ser cobijadas
porque tu sapiencia arcaica es mi alimento y me elevo

Inúndame siempre  que me haces en esa luz crecer
Puesto que si la quitas en el sendero podría perecer.
Cuelga en mis ventanales dispuestos tu alborada insurrecta
llena  mis espacios rústicos que se sostienen en tu luz perfecta.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Mi entrega.

 Así es el amor que te profeso libre en sus lindes y valles
lleva en su melodía eternas claridades en todas sus calles
un sentir que te deja un rezo de libertad y muchos detalles.
No tiene ataduras en sus tantas y tantas esquinas
ni dilación alguna que lo ataque de formas mezquinas
deletrea sólo holgura en sus largas entregas cancinas.
Ese es mi amor para tu estadía presente sin mentir
te lía sólo para sentir la sustancia que te gusta pedir
y así igual eres libre para elegir quedarte o seguir.
Porque el sentir que me brota desde el centro del alma,
sigue, no se detiene, transita y estará por eternidades con calma.