lunes, 8 de octubre de 2012

"Descubrirte" A Miguel Hernández. Número 3





Descubrirte en el viento de Alicante dibujando versos en tu vuelo
muy lejos del suelo que cobijó tu semblante de garboso talante.
Que de oscuridad fue tu canto revestido pero ahora en luz has renacido
cultivador del terruño que almidonó tus juegos infantiles,
que fermentó tus sueños gentiles de mejores días para vivir.
Descubrirte, descubrirte tierra, descubrirte llanto, viento, canto,
descubrirte vida, engendrando ilusión, cabalgando el verso que la aurora sopla
fustigando la copla,  eclosionando en luminiscencia tus pasos vehementes.
Miguel, Miguel,  descubrirte noble pedazo de encanto,
de tapiz prolífico es tu glosa, de frondosa aureola se cubre tu arenga.
Descubrirte palabra, luz, bríos nuevos en la marcha
que nadie la llene de escarcha del cemento pueril de los endiosados
que se queden callados esta noche, que la luna de tu nombre
todo hombre la observe y el silencio te llame,  ¡Grande Poeta!
Miguel Hernández Gilabert


Eloísa Echeverría  /2012.

martes, 2 de octubre de 2012

A Miguel Hernandez. Número 2.









Semilla.
Eloísa Echeverría. (Chile)

 Tus versos encadenados de tierra y pueblo
de amor y desdicha en tu caminar
surgieron con hambre de quedarse vivos eternamente
amarrados al tiempo para poder danzar
con la melodía del cosmos;
Versos verbales que florecieron
en medio de los entes que veías a tu lado circular…
En esos cuatro años de encierro en que confinaron,
 tu cuerpo más no tus versos,
en esos besos alados volaron eternos
para plasmarse vida, amaneceres  tersos,
en esos años Miguel se gestó la médula de tu huracán..
La lejanía en ti es brisa que se queda
y penetra firme en la cimiente,
quédate en medio,  entre los vientos
sandalias de tus pies versátiles, de buena corriente,
 céfiros que circunvalan  tu ausencia
que es presencia en tu palabra dibujada a fuego
en los valles que cobijaron tu cuerpo cuando se durmió
como quien despertará luego
del  sueño que  las quebradas te tejieron de naturaleza única..
Tus versos enlazados en la retina de la tierra
en el vaivén de tu Alicante que meció tus quimeras
montaña, mar fervoroso de ilusiones y esperas,
quieto en tu pasear, gigante en tu versar,
Miguel, en este punto aislado tu voz canta en mis esferas
que se nutren de tu lucha y entrega.
Tu semilla germina como ciclón de palabras navegantes.